El valor de las personas como reforzadores sociales para los perros

Autora: Camila Cavalli

Si bien no solemos dudar del valor que tiene el alimento como refuerzo para los perros domésticos, es relevante examinar también el valor que las personas tenemos como reforzadores sociales para ellos.

Esto resulta de sumo interés, dado el estrecho vínculo que comparten los perros con sus tutores y sus posibles aplicaciones en la educación canina. A continuación, se mencionarán algunos estudios que se han enfocado en el valor que tienen para los perros las caricias, los elogios o la mera presencia de una persona cercana a ellos.

Los autores Erica Feuerbacher y Clive Wynne han llevado a cabo una serie de estudios en donde compararon la preferencia de los perros por comida, caricias o elogios, y destacaron el valor del tutor en tanto reforzador para los perros. Por ejemplo, si bien los perros prefirieron recibir comida a caricias cuando ambas opciones estaban disponibles, las caricias también fueron elegidas, particularmente cuando las daba una persona conocida (Feuerbacher y Wynne, 2014). Más aún, en un estudio subsiguiente los autores compararon elogios y caricias y hallaron que tanto perros que vivían en familias como aquellos que vivían en refugios preferían recibir caricias a elogios. Concluyeron que las caricias serían una modalidad de interacción de suma importancia entre perros y personas en tanto promueven el comportamiento social (Feuerbacher y Wynne, 2015). Basándose en estos y otros estudios, recientemente se propuso que el retorno del tutor podría ser utilizado en el tratamiento de trastornos de ansiedad por separación (Feuerbacher y Muir, 2020). Esta modalidad novedosa de abordaje se contrapone a algunas recomendaciones frecuentemente implementadas para dicha problemática, en tanto se suele sugerir que los perros deben ser ignorados cuando la persona llega y se va. No obstante, en este estudio se hallaron mejoras cuando el tutor les avisaba verbalmente que se quedarían solos y cuando interactuaba con ellos al volver, destacando la importancia de la interacción perro-tutor para abordar dicho trastorno.

A su vez, se han observado también correlatos cerebrales para estos hallazgos. Por ejemplo, Berns et al. (2015) observaron, mediante un estudio de resonancia magnética funcional, que el olor del cuidador activa en los perros áreas cerebrales ligadas a la recompensa tales como el núcleo caudado. En línea con esto, Cook et al. (2016) hallaron que en 13 de 15 perros la expectativa de recibir elogios de parte de su cuidador principal generaba una activación en el núcleo caudado similar o incluso mayor a la expectativa de recibir comida. Estos resultados fueron correlacionados con una prueba donde los perros debían elegir en un laberinto en forma de Y entre acercarse a su tutor o a un plato con comida. La activación cerebral ante los elogios y la comida fue un predictor de la elección de los perros, en tanto que aquellos que mostraron más activación cerebral ante la expectativa de comida luego eligieron acercarse a la comida y viceversa. Estos resultados remarcan tanto la presencia de variaciones individuales en las preferencias respecto al tipo de recompensa, como la estabilidad de dichas preferencias al analizarlas de maneras diversas. Más aún, no solo la interacción parece ser reforzante sino también la presencia del tutor o de claves asociadas a él.

En conclusión, estas evidencias remarcan el valor que las personas, particularmente sus cuidadores principales, tienen en tanto reforzadores sociales para los perros. Específicamente, tomar conocimiento de la importancia que las caricias e incluso la mera presencia de estas personas puede tener para ellos, es sumamente relevante a la hora de diseñar programas de educación canina, en tanto no solo la comida es algo que resulta valioso para los perros. Asimismo, estos estudios permiten considerar abordajes actualizados para problemáticas como la ansiedad por separación, en donde el estrecho vínculo entre el perro y el tutor sea considerado como un pilar del tratamiento en vez de un obstáculo. En conjunto, estos hallazgos destacan que las personas pueden cumplir un rol en tanto reforzadores sociales para los perros, remarcando así la importancia de la interacción social y el vínculo entre ambos.

Referencias

Berns, G. S., Brooks, A. M., y Spivak, M. (2015). Scent of the familiar: An fMRI study of canine brain responses to familiar and unfamiliar human and dog odors. Behavioural processes, 110, 37-46.
Cook, P. F., Prichard, A., Spivak, M., y Berns, G. S. (2016). Awake canine fMRI predicts dogs’ preference for praise vs food. Social cognitive and affective neuroscience, 11(12), 1853-1862.
Feuerbacher, E. N., y Wynne, C. D. L. (2014). Most domestic dogs (Canis lupus familiaris) prefer petting to food: Context, schedule, and population differences in a concurrent choice. Journal of the Experimental Analysis of Behavior, 101, 385-405.
Feuerbacher, E. N., y Wynne, C. D. L. (2015). Shut up and pet me! Domestic dogs (Canis lupus familiaris) prefer petting to vocal praise in concurrent and single-alternative choice procedures. Behavioural Processes, 110, 47-59.
Feuerbacher, E. N., y Muir, K. L. (2020). Using owner return as a reinforcer to operantly treat separation-related problem behavior in dogs. Animals, 10(7), 1110.