La Antrozoología como herramienta para la educación canina.

Autor: Ignacio Maciel

Todo profesional abocado al bienestar canino, desde una u otra perspectiva, se encontrará en algún momento de su trabajo con dificultades que parecen tener directa relación con la interacción humano-perro. Esto se debe a que existen situaciones o escenarios donde el conflicto interespecie se ve influido por el tipo de vínculo establecido.
Durante años, la falta de conocimientos teóricos y prácticos han sido una gran obstaculización en la labor cotidiana para los que nos dedicamos a la educación y modificación de conducta canina. Sin embargo, en la actualidad estos puntos o espacios vacíos son llenados por otras disciplinas como la psicología, la biología, la neurofisiología, la etología y otras. En
adhesión, existe una nueva ciencia que aporta específicamente a estos aspectos: la antrozoología, ciencia abocada al estudio de la interacción y vínculos entre humanos y (otros) animales (Díaz Videla, 2017).

¿Qué nos puede aportar la antrozoología en el trabajo de la educación y modificación canina? Esta ciencia nos permite acceder a información sobre el vínculo humano-animal que ha sido evaluada científicamente, como ser instrumentos estandarizados de comportamiento canino y la relación con sus tutores, la implicancia química y hormonal de la relación humano- animal, entre otros aspectos relevantes para mejorar la calidad de vida y bienestar de los animales a los cuales asistimos como profesionales (Calvo, 2017). Y no solo eso, la antrozoología se ha posicionado como una herramienta indispensable que nos permite ayudar a las familias de manera integral. En los años que llevo dedicado a la educación y modificación de conducta canina puedo destacar como aspecto central de la convivencia humano-perro, la doble tendencia que menciona Power (2008). Esto es: la adecuación de los perros a las expectativas humanas de comportamientos esperados y apropiados para la convivencia y la inclusión de los perros en las rutinas y prácticas cotidiana de la vida familiar.

El perro es considerado parte de la familia en tanto integra en ese sistema relacional que supera y articula entre sí los componentes individuales (Díaz Videla, 2015). Cualquier conflicto producido en base a la doble tendencia mencionada es motivo suficiente para que nosotros, como educadores caninos (o mejor dicho, educadores del vínculo humano-animal), ofrezcamos nuestra ayuda y conocimiento para lograr reestablecer el orden y equilibrio perdido, e incluso, lograr nuevas formas de organización más funcionales para toda la familia multiespecie. Esto nos reclama como profesionales de la educación canina, formarnos y profesionalizarnos en las interacciones humano-perro. Ya no alcanza solo con comprender sobre comportamiento canino, psicología del aprendizaje y etología. Ahora toca ir más allá del comportamiento individual y extender nuestro terreno de conocimiento hacia lo vincular. Solo así, podremos pensar en una educación centrada en lo vincular y en el tipo de interacciones que se producen entre humanos y otros animales.

Sumado a esto, la antrozoología nos permite continuar con el derribamiento de antiguos y arcaicos conceptos del comportamiento animal y postular nuevos principios teóricos basados en evidencia científica y en el respeto animal para fundamentar nuestra labor diaria. Así, nos centraremos en métodos de educación amable y respetuosa, entendiendo las necesidades del otro como un ser vivo diferente, que piensa, siente y razona pero que mantiene necesidades
específicas distintas a las nuestras.

Así, para muchos de nosotros, la antrozoología se ha vuelto una herramienta indispensable y singular para la educación canina. Esta nos que permite abordar aspectos del entramado humano-animal hasta ahora eludidos, y por ello, alentamos a todo profesional del sector canino a incorporar nuevos conocimientos y herramientas que esta ciencia puede ofrecernos.

Referencias
Calvo, P. (2017). El vínculo entre el ser humano y los animales: Aspectos psicológicos y psicopatológicos. Universitat Autònoma de Barcelona. ISBN 9788449072734.
Díaz Videla, M. (2015). El miembro no humano de la familia: las mascotas a través del ciclo vital familiar. Revista Ciencia Animal, 9, 83-98.
Díaz Videla, M. (2017). Antrozoología y la relación humano-perro. iRojo.
Power, E. (2008). Furry families: making a human–dog family through home. Social & Cultural Geography, 9 (5), 535-555.